El anuncio por parte del vicepresidente de la Generalitat a propósito de la futura participación de Cataluña en la próxima Bienal de Venecia muestra, entre otras cosas, el desconocimiento que se tiene de dicho evento.
Fue costoso convencer a la sociedad catalana de las virtudes de estar presentes en la Feria de Frankfurt, ese Construmat de las editoriales que concluyó el pasado domingo, pero los medios de comunicación autonómicos han dedicado tantos esfuerzos a cubrir el evento que el ciudadano llega a pensar "Hombre, esto de Frankfurt... no estará tan mal, ¿no?" Y es que si los todopoderosos Cuní, Terribas y Bassas hacían desde allí sus programas, bien tenía que ser un hito importante.
De este modo, cuando la sociedad ya estaba prácticamente convencida de que la feria de Frankfurt era un importante acontecimiento social en el que se ve involucrada toda la población del Main, la alemana e incluso toda la europea, se nos planteaba un nuevo reto: aprender ahora qué es eso de la Bienal de Venecia.
Sí, Cataluña tenía que ser el próximo país invitado en la exposición internacional de arte de Venecia en 2009. Las comparaciones son odiosas, mas si a una feria profesional tiene que acudir la mitad o más de la clase política y tienen que trasladarse in situ los pesos pesados de las cadenas autonómicas para dar trascendencia, ¿qué ocurriría si se tratara de una exposición internacional?
En cualquier caso, el anuncio del vicepresidente fue desafortunado, y su conocimiento sobre la Bienal ha quedado en evidencia, ya que en esa exposición, ni hay países invitados, ni Gales y Escocia tienen pabellones propios (forman parte del de Reino Unido). El confidente y director del Institut Ramon Llull, Josep Bargalló, ha presentado su dimisión por haber ocasionado tan embarazosa situación al presidente de su partido (dimisión no aceptada, por cierto).
Al parecer, el ex-presidente del Parlament, había tenido una serie de comunicaciones por carta con el alcalde de Venecia en las que éste parecía conforme con la controvertida participación. El problema es que la organización del evento no está a su cargo (al menos completamente), y no puede hacer como otro alcalde que aquí conocemos bien que hizo y deshizo por encumbrar otro de esos acontecimientos únicos llamado "Fòrum de les cultures".
En fin, lo siento por las esposas de los cientos de políticos que ya planeaban su visita a la exposición y que ya esperaban tener su cena romántica en la terraza del Danieli.