Hace hoy un año salía de la presentación del último libro de Nick Hornby y subía en mi malograda bicicleta con la intención de iniciar una breve aventura en la red a través de aquella desconocida, por entonces, herramienta llamada blog.
Un año más tarde, el joven espacio Fading sigue en marcha; es cierto que no tan activo como en sus inicios, pero, en cualquier caso, sí más de lo que se preveía. En términos de marketing, debo admitir que esta página no daría para mucho, tal vez me permitiera alimentarme de un par de vasos de agua corriente al día, pues no encontraría anunciante que pagara por llegar a escasas decenas de lectores. Sin embargo, de entre las 159 entradas, alguna me ha gustado, y con eso ya tengo, por lo menos, una persona satisfecha.
Doy las gracias a todos aquellos que de vez en cuando echáis un vistazo a la página, y las muchas gracias a los que incluso pierden un minuto en dejar un comentario. Seguid teniendo paciencia, Fading seguirá vivo todavía un tiempo.