lunes, 30 de abril de 2007

La despedida

Las lágrimas fluyen mientras escribo. Hace unos minutos te abrazaba consciente de que posiblemente fuera ése nuestro último abrazo. Durante unos minutos he sentido tu calor mientras nuestros llorosos ojos se despedían, mientras te agradecía todo lo que me has dado, todos los momentos que has estado junto a mí.
No creí que fuera a ser tan duro separarnos, no pensé que pudiera llegar a quererte tanto, me equivocaba. Aquí estoy, llorando desconsolado como un niño, como un niño que dejará de serlo en cuanto nos separemos. Mi infancia muere con este adiós, pasando a ser un mero recuerdo, borrosas imágenes desordenadas de lo que fuimos.
Mañana montaré solo en el coche, la soledad me acompañará mientras me alejo recorriendo aquellos rincones que nos vieron crecer, juntos, las calles por las que paseamos tantas horas, juntos. Entre sollozos me iré alejando, dejando atrás una vida juntos, dejándote a ti, llorando también, a la espera que alguien entienda lo que a mí tanto me cuesta asimilar.
Tus ojos, que nunca habían sido tristes, ahora muestran absoluto abatimiento. Tu sitio ya no está junto a mí. Necesitas que alguien te ayude a seguir tu camino, a llegar al final de tu camino. Te he querido mucho, has sido una parte de mí, una parte de mí que se queda aquí contigo, una parte de mí que se irá contigo. Han valido la pena todos estos años juntos, gracias por todo, te quiero.
Buen viaje.

jueves, 26 de abril de 2007

1er premio Joan Miró. Olafur Eliasson

Hoy he leído que el artista contemporáneo Olafur Eliasson ha sido galardonado con el premio Joan Miró, en la primera edición de la entrega de dicho premio. El nombre del artista danés, del que se pretende ofrecer una retrospectiva en el San Francisco Museum of Modern Art y en el MoMA de Nueva York, me ha hecho recordar mi última visita al Tate Modern de Londres. De aquello hace ya algunos años, pero la entrada al edificio supuso una experiencia inolvidable: el amplio hall se había convertido en una sala presidida por un enorme sol artificial, eclipsando esta obra muchas de las expuestas en el museo.
De aquella visita me quedo con la exposición temporal de Brancusi y con esta imagen que tomé del sol de Olafur Eliasson:

martes, 24 de abril de 2007

Mi Sant Jordi

Salgo temprano de casa. Me saluda un fresco y agradable aroma, todas las esquinas del barrio alojan una parada de venta de rosas. Hace un magnífico día, al mirar al cielo para comprobar la ausencia de nubes veo como de los balcones cuelgan varias señeras. Sonrío, la gente se ha acordado que es Sant Jordi, posiblemente, la mejor fiesta de la ciudad.
Doblo la esquina y entro en la floristería. Tras aguardar unos minutos, salgo con un par de rosas bajo el brazo, es lo que tiene tener a dos mujeres en casa. Regreso a casa y las coloco junto a sendos libros (las tradiciones siempre pueden ser adaptadas al gusto), ahora a esperar leyendo la prensa a que todo el mundo se levante.
En una hora ya estamos iniciando nuestro paseo por la Rambla de Catalunya. A penas transcurridos unos minutos, pasa una clase de niños ataviados con batas verdes acompañados por dos monitoras, a lo sumo deben de tener 3 años. Cada uno de ellos agarra su cabo de cuerda con una mano para no perderse y sostiene con la otra un globo, un simple globo amarillo inflado con helio con unas letras pintadas. Qué monos, pienso, y qué atrevimiento el de las maestras. La sorpresa está por llegar, pronto descubro que los globos no son más que propaganda electoral de ERC.
Sin tiempo para pensar en el uso político que se le quiere dar a la fiesta de todos los ciudadanos, veo un nombroso grupo de niños de entre 6 y 8 años, éstos con uniformes impecables. Demasiado mayores para agarrar ninguna cuerda, seguían siendo lo suficientemente niños como para llevar también un globo, un globo como los anteriores, salvo con la particularidad de ser azul. En este caso la propaganda la pagaba CiU.
Más adelante, los globos eran rojos, con las siglas PSC, y los niños no parecían ir en grupo, se iban acercando en parejas o de tres en tres. Hay que decir que no eran simples globos de goma, sino de los que tradicionalmente se llenaban de helio.
Llegando a Gran Via se ve algun que otro globo, pero, o bien ya estoy inmunizado o son mucho menos numerosos. Lo que se ve es una última caseta política, la mejor ubicada de todas las de esa calle, flanqueada por señoras de no menos de 55 años, todas ellas de punta en blanco, ultramaquilladas y recién salidas de Llongueras. No hay niños en busca de globos, ni siquiera de caramelos (como un poco más atrás hacían en la parada de ICV), las sonrientes señoras tan solo reparten folletos, de cuyo contenido siento no poder informaros (no por censura, es que yo no he recogido ni globos, ni caramelos, ni folletos).
En Plaça Catalunya, la gente está alborotada ante las cámaras de TV3, Josep Cuní retransmite en directo su programa desde allí, en lo que supongo que debe de ser un despliegue de medios y una labor de producción muy importante.
Ya es hora de comer, y en esa zona los restaurantes están completos, habrá que ir al habitual. Una vez allí descubriré que Montilla ha tomado la decisión de despolitizar la fiesta omitiendo su discurso institucional, decisión que celebro. Descubriré que la oposición, critica ese hecho alejándose más aún de la opinión de sus votantes. Y planificaré la ruta de la tarde, Les Rambles i Plaça Sant Jaume. Ya no hay flores que comprar, ni siquiera libros que ojear, pero sí fiesta por disfrutar.

Nota: los partidos políticos tan solo tenían una parada en La Rambla y otra en Les Rambles, lo demás eran decenas de puestos de libros y todavía más de rosas, y éstos sí se distribuían por toda la ciudad, incluso por donde no hay cámaras que atesoraran su presencia.

domingo, 22 de abril de 2007

Viajes por el Scriptorium, Paul Auster

La última novela de Paul Auster se inicia perfilando a un personaje aislado en una habitación. Una rápida asociación de ideas nos recupera la imagen de Gregorio en "La metamorfosis", pues Mr. Blank parece ser víctima también de una extraña enfermedad.
Sin embargo, unas páginas más y la metamorfosis de Mr. Blank consiste en convertirse en el acusado Joseph K de "El proceso". Sometido a un proceso desconocido, Mr. Blank se pregunta cuáles son las razones que le han llevado a estar recluido en una aislada habitación.
Esta última asociación puede hacer recelar a aquéllos quienes, como yo, tienen a "El proceso" como uno de sus libros favoritos. Y es que "Viajes por el Scriptorium" carece de esa intriga, no da esa última vuelta de tuerca tan acertada capaz de convertirlo en una novela esencial. A penas deja lugar para elucubraciones, para la sorpresa, pues en escasas páginas es complicado trasladar a la mente del lector el drama psicológico del protagonista, sus dramas, preguntas y temores.
En cualquier caso, vemos desfilar algunos de los protagonistas de las anteriores novelas del autor que deambulan alrededor de la figura del protagonista. Una vez más, Auster tiene algo que decir en primera persona, me gusta ese tono de egocentrismo que lo hace introducirse siempre de un modo u otro en todas las tramas y lo dice con el estilo que tanto nos ha atraído en otras ocasiones.
Tiene Ud. razón Sr. Auster, siempre va a estar vivo mientras existan sus personajes; pero, ¿se da cuenta que si fuera por esta novela, no habría ningún personaje capaz de hacerlo perdurar en el tiempo?

viernes, 20 de abril de 2007

Doctor en Alas... en Burgos

Aquí tienes a Tonseñor Rouco Varela, recién estrenada su condición de Doctor Honoris Causa por la Universidad de Burgos. Los jóvenes burgaleses pueden sentirse orgullosos de contar con una personalidad tan querida y admirada investida en su Universidad, alguien tan cercano a la juventud, tan preocupado por sus problemas e intereses (de la juventud, por supuesto).
Atrás queda la imagen de un pancartero "pingüino" (así llaman algunos a quien viste con sotana fuera de su lugar de trabajo) manifestándose exaltadamente contra los derechos de los "maricones"; tal vez el giro se iniciara mientras coreaba pegadizos pero a la vez literarios eslógans contra la LOE en su siguiente toma de la calle. Ese día, la comunidad educativa se dio cuenta de que había que recompensarle de algún modo por el hecho de luchar por la educación de nuestros menores, por tratar de conseguir que no se pierda el privilegio de llegar a millones de niños a quienes todavía hay que domesticar e infundir el miedo necesario para que aprendan a temer a los pecadores de sus padres divorciados, al descabellado preservativo, al intermitente infierno...
Para acabar, vuelve a mirar la foto atentemente. ¿Por qué dirías que tienes a Tonseñor tan triste? Sencillamente porque piensa: "Jo, aprovechando este atuendo, me gustaría tanto poder salir en la próxima manifestación del día del orgullo gay y bailar animadamente sobre una carroza mientras canto a pleno pulmón A quién le importa lo que yo diga..."

miércoles, 18 de abril de 2007

ERE de RTVE, el problema de las pensiones

Hace poco más de un mes dejé escapar la oportunidad de escribir sobre la firme propuesta del gobierno alemán de elevar la edad de jubilación hasta los 68 años. Hoy, aprovechando el adiós de Pedro Barthe (voz de las retransmisiones de los partidos de baloncesto) reprenderé el tema dándole una versión española.
Este periodista, que llegó a ostentar el cargo de responsable del área de deportes, se ha acogido al plan de regulación de empleo de la cadena a sus 52 años. A partir de ahora, recibirá, teóricamente, el 92% del salario neto que percibía, como lo harán igualmente los más de 4.000 profesionales incluidos en el ERE.
El gobierno español (sin distinción de colores) viene planteándose seriamente la posibilidad de retrasar la edad de jubilación desde hace algunos años. A su entender, las empresas están desperdiciando profesionales de contrastada experiencia cuyo know-how es sin duda capaz de contrarestar el escaso sobrecoste que supone su permanencia en plantilla.
Curiosamente, RTVE, una de las pocas empresas de titularidad pública que se mantienen en el país, hace oídos sordos de las opiniones del gobierno en ese sentido. La corporación prescinde de miles de profesionales de dilatada experiencia y, la mayoría, de contrastada profesionalidad; y lo hace a una edad alarmantemente temprana, posiblemente en el mejor momento de las carreras de muchos de ellos.
La credibilidad del ministro Solbes, o del que ocupe su lugar a continuación, al comunicar a los españoles la necesidad de aumentar la edad de jubilación para garantizar el sistema actual de pensiones puede verse seriamente dañada con este tipo de ejemplos. ¿Quién convence ahora al señor que se ha pasado la vida trabajando hasta los 65 años 10 o 12 horas diarias en una obra, bajo las inclemencias meteorológicas, bajo la supervisión de auténticos tiranos y con salarios abultados por bonificaciones extraordinarias que no se consideran como base de cotización (quedando una pensión sorprendentemente baja) a que dilate un par de años más su vida laboral?
Las empresas rejuvenecen constantemente sus plantillas, y no tan solo por cuestión de imagen, argumentan también que se trata de aumentar la productividad o simplemente de reducir costes. En un entorno liberalizado, el interés del estado por retrasar la jubilación choca frontalmente con el de las grandes empresas por disponer de plantillas jóvenes, y un intervencionismo deliberado para solventar la discrepancia sería una solución absolutamente inviable.
Con tales condiciones, de salir adelante una ley al respecto, posiblemente tan solo las empresas de reducida dimensión mantendrían en sus plantillas a sus empleados más longevos. Empresas que, si bien son en número las más abundantes en nuestro país, no lo son en absoluto en cuanto porcentajes de contratación sobre el global. Las grandes multinacionales seguirían con sus políticas de recursos humanos modernas; de no ser éstas aceptadas, trasladarse a otro país es tarea sencilla en estos tiempos.
Los entornos cambian, las políticas también deben hacerlo. Si bien hasta ahora ha bastado con las cotizaciones para pagar a los pensionistas, tal vez en un futuro deba contemplarse que deban dedicarse también otras partidas a tal efecto, en lugar de mantener un sistema que, dadas las características demográficas del país, tiene fecha de caducidad. Para ello, el Estado debe de comportarse también como una empresa, debe buscar mayor productividad, debe reducir costes, sin huir de la obligación de mantener un aceptable nivel de bienestar social.
En ningún caso debe de ser necesario disminuir las prestaciones en materia de educación o sanidad, al contrario, debe de trabajarse en su mejora. Pero hay muchas partidas presupuestarias prescindibles, cantidades insultantes malgastadas. Hay quien aboga por abandonar la televisión, por deshacerse del ejército (esta aparente locura funciona en algunos países desarrollados, incluso permitió a otros como Japón o Alemania llegar a donde hoy están); el caso es que hay posibilidades de reducir costes (sólo reduciendo las cantidades que se gastan en viajes oficiales la bolsa para pensiones tendría una buena base). Y es que si no cuidamos a nuestros trabajadores es inútil hablar de medidas para mejorar la productividad o la calidad del trabajo; sin modernización se acarrean los vicios de una infraestructura ya con demasiados parches.

lunes, 16 de abril de 2007

Los nuevos post-recolectores

Estoy completamente impresionado con la sencillez manifiesta de Agnès Varda al coger su cámara digital y hacer un retrato de los post-recolectores (escojo este término, menos ligado a la recolección de espigas de trigo, y posiblemente más fiel al original "glaneurs") en "Los espigadores y la espigadora". Impresionado por la naturalidad con que interactúa con los personajes retratados, por la ingenuidad con que juega a atrapar camiones (a "recolectarlos"), por la frescura de la narración, de la realización.
Inicialmente paseo por mis recuerdos, intentando espigar algunos de ellos, aquéllos en los que disfrutaba recogiendo nectarinas y melocotones en los abundantes campos de mi ciudad natal, o aquéllos en los que buscaba entre los deshechos de la carpintería vecina con la ilusión de añadir algunas maderas más a mis juegos infantiles, o incluso cómo solíamos adelantarnos al camión de la basura para apropiarnos de los plásticos que habían servido para proteger los embalajes de la fábrica de lejía que había en nuestra calle con la intención de dotar de techo y paredes a nuestra trabajada cabaña. Vuelven a mi memoria imágenes ya olvidadas en las que salía con mi sabia abuela en busca de moras, flores y manzanilla (cuando esto todavía no era delito, cuando el delito era construir indiscriminadamente, cuando alrededor de mi casa no había nada más que campo), imágenes de risas entre todos los dueños de la que era la mascota de moda de la época cuando íbamos juntos en búsqueda de su alimento: las hojas de morera.
Todos hemos sido espigadores, y hemos sentido placer con ello. Aún hoy antes de comer he dado un garbeo por la programación televisiva, con la ilusión de encontrar algo con que acompañar a la solitaria merluza.
De todos mis recuerdos han pasado ya muchos años. Los niños de hoy quizá encuentren indigno rebuscar en la basura para encontrar juegos; el alimento para sus gusanos de seda (si es que los niños todavía saben lo que son) prefieren encontrarlo en el supermercado; de sus abuelas no necesitan aprender las propiedades de la malba, les basta con obtener el permiso para conectar su consola de videojuegos; y para qué ir a recoger melocotones, si son fruta, pidiendo gozar de un delicioso Bollycao (o el sucedáneo que esté de moda hoy en día).
Sin embargo, aún así, es todavía común hoy en día encontrar niños revolviendo en la basura. Son aquéllos que no tienen nada, aquéllos que tratan de buscar no sólo juegos, sino restos de comida. En sus miradas no late la ilusión de encontrar un plástico sin agujeros, sino la decepción de encontrar tan solo algunos alimentos en mal estado o caducados, le resignación de saber que ése es su pan de cada día, que ése es su día a día, que ése va a ser su futuro. Qué importa si sus familias no aprovechan los medios existentes, qué importa si sus padres han decidido no trabajar, no intentar dar un giro a sus vidas; ellos son niños, ellos no deciden, son inducidos; niños que serán hombres, que decidirán, que inducirán.

sábado, 14 de abril de 2007

Jaque, ¿mate?

Mientras conduzco por una sinuosa carretera con vistas al mar, escucho en la radio que han detenido al que fuera el más grande campeón mundial de ajedrez: Kasparov. Nunca he sido un aficionado al ajedrez, y menos como deporte de élite, pero a mis siete u ocho años, se hablaba tanto de él en los medios y en la vida diaria como hoy en día puede hacerse de Fernando Alonso (y esto no es un sarcasmo ni una exageración). Por ello he desatendido unos instantes el paisaje para escuchar qué le había ocurrido al viejo campeón.
Inconscientemente, la primera idea que se le plantea a uno es (siendo Kasparov tan conocido en España por lo que no sería de extrañar que en su país fuera una absoluta celebridad) que debe tratarse de un asunto de drogas. Por suerte, las primeras impresiones engañan. El ex-ajedrecista es un comprometido activista contra el regimen pseudo-democrático de Putin; para el día de hoy debían llevarse a cabo sendas manifestaciones, en protesta contra a las actuaciones del gobierno ruso, en Moscú y San Petersburgo. Ha sido en una de ellas donde ha sido detenido Kasparov.
Si a ello añadimos las recientes declaraciones del multimillonario Berezovsky, con asilo en Londres, quien afirma que está prestando apoyo financiero a grupos que conspiran para derrocar el actual sistema político (llámese golpe de estado), el futuro de los manifestantes de este fin de semana y de Kasparov en particular, es incierto. Éste último podría ser utilizado como cabeza de turco y, a sabiendas del destino de quien se intromete en el camino del presidente, podría estar ante una situación de jaque mate.
Los manifestantes, a su vez, están sometidos a la presión de miles, sí miles, de policías. Un mínimo repunte en el tono o en la indignación de sus manifestantes puede acabar en la más cruda e injusta represión. Dice su lema "Rusia contra el terror", que me lleva a pensar en otra manifestación por los derechos civiles que tuvo lugar hace ya bastantes años. En aquella ocasión, el ejército convirtió en sangriento lo que debía ser tan solo un domingo festivo.
A miles de kilómetros de distancia, yo también me pregunto "how long must we sing this song?"

jueves, 12 de abril de 2007

"New Moon", Elliot Smith

Hace algún tiempo, a penas nacido este blog, mencioné mi debilidad por este cantautor. Hoy, en uno de esos días grises, completamente oscuros, que mezclan la lluvia con los gases de los coches, mientras escuchaba uno de sus discos preparándome para tomar un baño, he conocido que el próximo mes de mayo se editará un disco con canciones inéditas y rarezas.
En el video, su actuación en la gala de los Oscar en que fue candidato a mejor canción, acabó ganando Céline Dion.

La musique, elle l'a

J’entends une musique qui me paraît connue, possiblement familiale; la curiosité me fait attendre pour un instant et écouter attentivement pour voir qu’est-ce qu’elle est exactement, cette musique. Après quelques instants, je reconnais une vieille chanson; étrangement hypnotisé, je l’écoute jusqu’à la fin. Pendant quatre minutes je vois un petit garçon jouer seul au salon, chez soi. Il a quelques autocullants dans les mains, elles sont d’une ancienne promo de Cola-Cao. C’est Hodori, la mascotte de Séoul 88, qui pratique un sport différent dans chacune. Ce sont quatre minutes où ma pensée se promène autour de mon enfance. Ce sont quatre minutes qui me provoquent un profond sentiment de nostalgie. C'est je ne sais quoi, qui m'a mis dans un drôle d'état

miércoles, 11 de abril de 2007

Hogar, cálido hogar

Convencido de que el infierno era cosa del pasado, ya desde niño vengo pecando de forma recurrente. A sabiendas de que el único destino posible es el cielo, supuse que podía dejar a mi sentido común la labor de discernir entre qué era o qué no era correcto.
Sin embargo, llevo dos semanas sumido en la más profunda tristeza tras conocer la verdad. Sí, ahora sé que me equivocaba, y que el infierno es mi único último hogar posible. Porque he pecado, y mucho; porque el sentido común no es capaz de diferenciar entre bueno y malo, porque lo legalmente correcto (según la ley de Dios) resulta tan peculiar en algunos casos, que sólo una mente retorcida hubiera sabido actuar correctamente.
En fin, ya me veo bajando al infierno, un yo desenfocado de la mano del viejo Virgilio. Tengo curiosidad por ver qué tal canta Homero y si Helena de Troya es tan bella como se dice.
En cualquier caso, os podéis ir preparando, a vosotros también os va a tocar, unos más abajo, otros más arriba, pero en el mismo sitio, en definitiva. El ángel del rabo rojo ya debe de haber contactado con Zaplana, va a ser necesario recalificar muchos terrenos, porque con sólo nueve círculos no vamos a ningún lado.

martes, 10 de abril de 2007

The Spanish Con


Con: a dishonest trick or business ploy that takes advantage of somebody's trust, e.g. telling lies in order to get money or property unfairly.

What if the most powerful economic engine of the country was just a con? (Con-s-truction).

Note: I do not mean this particular company is run by a con man or that he is cheating his customers, I would not like to be misunderstood.

viernes, 6 de abril de 2007

La Madrugá infantil (II)

Solo tengo seis años y ya puedo decir que anoche Sevilla se volvió loca y se pasó la noche viendo pasar estatuas por la calle. Papá volvió de misa por la tarde diciendo que había sido un mal día y que la cena no podría ser mucha y que por eso nos teníamos que conformar con un huevo y unas patatas fritos con aceite del claro. Yo no me lo creí, porque la iglesia estaba llena y eso siempre quiere decir que papá recibe más limosnas y que podemos cenar mejor, pero él dice que estos días la gente sólo se acuerda de su señor y que todas las limosnas son para comprar flores y velas y adornos caros.
Mamá dice que con el dinero que se gastan las hermandades en los pasos podríamos vivir mucho tiempo y que la culpa la tiene la iglesia y que yo nunca crea lo que me dicen los curas porque sólo quieren vivir bien y que no pensemos. Yo no sé si tiene razón pero le digo que sí y ella se pone contenta, y es que ella se lo merece todo, mis abuelos no se lo dieron, mi padre se lo intenta dar y yo seguro que se lo daré.

La Madrugá infantil (I)

Sólo tengo seis años, suficientes para afirmar que la de hoy ha sido una de las noches más emocionantes de mi vida. En la calle toda la madrugada, he podido contemplar cómo se paseaba la imagen del Señor por toda la ciudad, ante la desolada mirada de miles de personas, venidas de todo el mundo. Entre todos hemos revivido su poder, hemos guardado estricto silencio a su paso y sólo se oían algunos sollozos y algunos vivas.
Sí, yo también he llorado, es que siento una profunda tristeza cuando veo cómo sufrió por nosotros, cómo se sacrificó por que nosotros pudiéramos vivir. Por eso tenemos que adornar su paso con las mejores flores, con los mejores tejidos, por eso hay que paralizar la ciudad para que todo el mundo pueda contemplar a su Señor. Nos debemos a Él. Lo merece todo, mis abuelos se lo dieron, mis padres se lo están dando y yo se lo daré.

lunes, 2 de abril de 2007

En taxi bajo la lluvia

Hace unas horas he llegado a Pamplona, surcando los mares, o los ríos que parecen mares. Por momentos parecía que la autopista iba a ser engullida por las avenidas, que el coche se iba a sumergir para hacer una visita al fondo submarino. Por suerte no ha sido necesario hacer una incursión subacuática (total, con el agua tan movida, hubiera sido inútil sumergirse, la nula visibilidad me hubiera impedido admirar la fauna y la flora del fondo del río).
Habiendo dejado mis cosas en la habitación he subido al taxi que me tenía que llevar a cenar. Uno tiene un par de muletillas preparadas para estas ocasiones; además de las habituales, y para huir de asuntos de política nacional y autonómica, hoy la carrera la podía acompañar una discusión sobre las nuevas ambulancias Porsche, encargadas por el ministro de sanidad búlgaro, con préstamo del Banco Mundial.
Inocente de mí, con ese tema no ha habido ni para comenzar. Como el primer restaurante que he mencionado al parecer tenía acceso por una carretera cortada por la lluvia, he cambiado de elección. El taxista a su vez, me ha hecho su recomendación, para probar algo nuevo, a lo que, como no, he accedido. Pues bien, hemos llegado a un primero, cerrado; a continuación a un segundo, cerrado; seguidamente a un... "Allí al fondo hay uno...", "Si no le importa, mejor vayamos al segundo que le dije, no vaya a ser que me quede tirado en un sitio que no conozco y con un restaurante cerrado, es que no conozco la ciudad, disculpe". Es decir, que tras dar unas cuarenta vueltas a la ciudad hemos vuelto a la primera alternativa al restaurante anegado. No hay que decir que mis muletillas del día han resutado insuficientes, nos ha dado tiempo de repasar el Diario de Navarra de cabo a rabo.
En fin, así ha sido mi llegada. Por cierto, para aquellos catalanes como yo que deben estar temiéndose lo peor, el coste de la carrera ha sido razonable, es decir, sorprendentemente inferior al de una carrera media en Barcelona.