sábado, 12 de mayo de 2007

Los aromas de Sant Ponç

Arrastrado por la curiosidad, he decidido darme un salto al centro de la ciudad para comprobar en qué consistía realmente eso a que llaman "fira de Sant Ponç". Así, he llegado, bajando por Les Rambles, hasta Carrer Hospital. Una vez allí, he averiguado de qué se trataba: "Sant Ponç" es el patrón de los herbolarios, y en su onomástica, se montan varias decenas de paradas en esa calle desde Les Rambles hasta la Rambla del Raval.
Pasear entre puestos de especias, hierbas medicinales, miel e incluso ungüentos milagrosos es una experiencia difícilmente experimentable, valga la redundancia, en España, por lo que mereza la pena aprovecharla. Acercarse, oler, dejarse embriagar por la mezcla de aromas y deambular conducido por ellos a lo largo de toda una calle reconvertida en peatonal por un día, olvidando que más allá de tan embaucador perfume se esconde un barrio que, pese a su fachada pseudo-reconstruida, todavía esconde muchas miserias, muchas historias personales silenciadas.
Y así, con mi sistema olfativo al máximo de revoluciones y mi vista perdida tratando de retener los curiosos nombres de muchas de las plantas, me he topado con un paparazzi. Sí, la fama no le deja a uno ni sacar a pasear a su nariz. Sobrio de nuevo, por culpa de un estornudo, he visto que el fotógrafo no iba solo, eran unos 6, acompañados por cámaras de vídeo y por reporteros armados con extremadas alcachofas. De entre el tumulto ha salido una mano, desués de la mano una cabeza, de tal modo que, finalmente, quien estaba ante mí alargándome la mano era, para mi decepción, el candidato a la alcaldía Jordi Hereu.
Mientras trataba de convencer a mi tozuda mano para iniciar el gesto, pensaba en qué se supone que debía decir yo a alguien cuyo nombre no va a aparecer en las papeletas de mi colegio (no estoy empadronado en Barcelona), "¿Ha comprat ja les seves herbes?", pregunta que he deshechado rápidamente por temor a una malinterpretación, "Què en pensa del Getafe - Barça?", tampoco parecía la idónea. Si se hubiera tratado de la candidata de Ciutadans o del PP hubiera sido mucho más fácil, le hubiera ofrecido mi yate y mi jet privado para unas vacaciones si ganaban las elecciones.
Finalmente, un abuelo se ha precipitado contra el candidato liberándome a mí del compromiso. Mientras Hereu me echaba una mirada triste por haber desaprovechado la ocasión de dirigirse al único joven de su alrededor, yo ya clavaba mi mirada en el regaliz. Sí, en ese regaliz que mordisqueaba en mi infancia, al que los niños de la calle llamábamos "regaliz de palo".
A los pocos minutos huía de la politizada calle de las especias volviendo a experimentar los sabores de mi infancia llevando tan solo una pequeña bolsita con hojas de té blanco.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Nunca me ha gustado el regaliz, me siento un bicho raro.
Que rabia que te estropearan tan fascinante excursión por los sentidos.¡¡Bah, políticos!.

Abir dijo...

A mi también me encanta el entremezclado aroma de hierbas. En las "Fires de Sant Narcís" de Girona, también ponen algunas paradas...
Ese olor transporta! Es, a mi entender, un poco mágico. Me sugiere pócimas de otras épocas.
Un beso,

wen- dijo...

Yo estuve los dos últimos años y siempre compro miel de esa d'alzina... y algo de té...el año pasado tb compramos unos utensilios de madera.. para la casa, que aun no teníamos y una panera tb de madera.
A mi me encanta esa feria, aunque acabo estornudando como una loca.. pero odio las multitudes..me agobia cantidad. Este año no hemos ido para bcn así que para el año que viene será.

http://webblogdospuntocero.blogspot.com dijo...

muy buen blog me parecio uniko pasen por el mio www.iwo-net.blogspot.com

Xavi Menós dijo...

seria el sabor amarg de la política?

Isabel Burriel dijo...

Me ha encantado esta descripción tan personal. Genial!!!