El pasado vierenes 2 tenía lugar la inauguración de la nueva capilla de la catedral de Palma de Mallorca, obra del artista insular Miquel Barceló. Al acto, presidido por los Reyes, asistieron autoridades de todos los niveles de gobierno, local, autonómico y estatal. Curiosamente, entre tanta personalidad, se echaba de menos la presencia de, tal vez, el protagonista de la jornada: Barceló. El artista se acogió a su derecho de no asistir aduciendo su condición de agnóstico, considerando que tal condición le eximía de presenciar la misa oficiada por el obispo.
Resulta cuanto menos paradójico que se dedique tanto tiempo a una actividad que va contra los propios principios, siempre que,como en este caso, se presuma de mantenerlos. A menudo he escuchado que los artistas denominan sus obras como "sus hijos"; al mismo tiempo, es de saber popular que los padres no procuran para sus hijos aquéllo que no quieren para ellos. Sería, pues, perfectamente concebible, que la obra en cuestión se tratara de un hijo no deseado, utilizado al principio, para ser abandonado a su propia suerte a posteriori.
En cualquier caso, este hecho hace plausible la comunión arte-mercantilismo. Y es que muchos artistas (no sólo conemporáneos, sino a lo largo de la historia) sucumben a la posibilidad de realizar trabajos por encargo recibiendo por ellos jugosas retribuciones. En este caso 4 millones de euros han supuesto que el artista olvidara temporalmente su condición religiosa, quién sabe, por medio millón más tal vez la hubiera olvidado hasta el día después de la unauguración (no seré demagogo, los 4 millones incluyen coste de materiales,operarios y los propios honorarios). No todo el mundo tiene principios de repuesto, como el gran Groucho.
Por cierto, las imágenes que he podido ver me hacen creer que se trata de una obra extraordinaria, aprovechando mi fugaz visita a la ciudad, tendré la posibilidad de admirarla personalmente esta tarde, mis principios son muy flexibles.
2 comentarios:
Iep nin! Tens raó amb el cost general de l'obra. Però es pot posar preu a la felicitat dels ulls? Jo crec que, com tu dius, es una obra extraordinària.
Sinceramnet, prefereixo que es gastin els diners en obres d'art com aquestes que en maquinària de guerra. Sé que és un argument fàcil però crec que, per una vegada, a Espanya hem invertit els diners en bé.
Ha valgut aquests diners, però crec que aquesta obra portarà molta gent a Mallorca i tindrà un impacte econòmic mooOOolt gran.
A més hem tornat a posar Espanya al mapa artístic internacional. I això val molt!
Per cert, s'ha comptat mai quan va costar la Capella Sixtina?
És una obra absolutament genial, i no parlo del pressupost com a cosa negativa, l'únic que em cridava l'atenció era el fet de no quedar-se a presenciar la misa.
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