Me detengo en un semáforo. Al parecer, al conductor que me sigue no le hace ninguna gracia que lo haya hecho. Mientras con una mano aplasta reiteradamente su volante con rabia haciendo sonar la bocina, con la otra me hace gestos cuyo significado intuyo ser :"¡Jod...! ¡Me cago en ...! ¡¿No has visto que se acaba de poner rojo y todavía podías pasar, cab...?!"
Indiferente, subo el volumen de la música, suena la banda sonora de "La habitación del hijo".
Un peatón rezagado se lamenta de su lentitud, se excusa con una mirada de inocente culpabilidad. Pobre anciano, espero que acabe de cruzar, los tiempos programados en los semáforos no suelen contemplar este tipo de usuarios, cada vez más numerosos. Mi paciencia no es compartida por el señor del Nissan. Vuelve a entonar decididamente su monótona "Sinfonía de la impaciencia" a la vez que gesticula airadamente moviendo los labios con brío. Apenas dos segundos después de haberse iluminado el verde reemprendo mi marcha.
Antes de dejar el coche, pongo un momento la radio. Éste ha vuelto a ser un fin de semana de manifestaciones. El locutor, un tal Federico, me pone al corriente de la situación del país. Ahora entiendo la crispación del conductor de hace unos instantes. Antes de apagar el motor definitivamente escucho una última máxima que me hace sentirme orgulloso: "Los españoles sólo pueden conocer la verdad a través de La Cope, El Mundo y Libertad Digital", en estos momentos acabo de escuchar la verdad, deduzco.
Salgo del coche preguntándome en qué nos estamos convirtiendo, pensando en que, independientemente del medio escogido, ya es imposible conocer la verdad. Saludo al quiosquero mientras le pago por "The Economist", seguirán contándome mentiras pero, al menos, en inglés.
Assaig de càntic en el temple
Oh, que cansat estic de la meva
covarda, vella, tan salvatge terra,
i com m’agradaria allunyar-me’n,
nord enllà,
on diuen que la gent és neta
i noble, culta, rica, lliure,
desvetllada i feliç!
Aleshores, a la congregació, els germans dirien
desaprovant: “Com l’ocell que deixa el niu,
així l’home que se’n va del seu indret”,
mentre jo, ja ben lluny, em riuria
de la llei i de l’antiga saviesa
d’aquest meu àrid poble.
Però no he de seguir mai el meu somni
I em quedaré aquí fins a la mort.
Car sóc també molt covard i salvatge
i estimo a més amb un
desesperat dolor
aquesta meva pobra, bruta, trista, dissortada pàtria.
Salvador Espriu
4 comentarios:
Hoy es tu santo ¿no?. Felicidades
Sí lo es, muchas gracias anónimo. Por cierto, a ver si te animas a volver a escribir, Me encantó tu libro "El lazarillo de Tormes"
Jajajajajajaja. Ya sabes anónimo. Los chistes mas tontos son siempre los que más gracia me hacen.
Llego a tu blog a través de...el del clipper creo.. pero ya no estoy muy segura.
Me ha encantado la poesia. Mucho mucho.
Creo que me voy a pasar a menudo por tu blog si no te importa. Me ha gustado y no te había visto " por ahi" antes.
Por cierto, envidio tu estómago. Porque para escuchar a JLO,como yo le llamo ( jimenez losantos) debes tener un estómago a prueba de todo.
Yo soy incapaz, soy de las que pierde los nervios y siente ganas de agredirle físicamente XDD Mi novio sin embargo es como tu, solo que el además , se descojona vivo.
Un saludito, ya nos veremos
Me ha gustado muchísimo este post. Pero mucho mucho. Y esa reflexión final mientras le pagabas al quiosquero... pero al final creo que no puede ser verdad que seamos peores que nuestros ancestros. Seguimos siendo todos un poco niños jugando a ser mayores, y poco más.
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