Viernes 5 de enero, 02.35 a.m. Cansado de tratar de ordenar inútilmente la enorme cantidad de fotocopias ajenas que suponen mis apuntes cojo la cámara y subo al salón con ánimo de fotografiar la tranquilidad del Valle a esas horas. Enciendo la cámara, todo normal, la coloco, trato de enfocar aquella zona que goza de más luz. Sin embargo, observo la pantalla y contemplo extrañado que está completamente oscura, negra, tan solo los iconos de las opciones elegidas permiten saber que sí está encendida. Es cuanto menos inusual, nunca había ocurrido anteriormente, será la escasez de luz, enfoco al interior de la casa. Definitivamente no es la luz, mi vieja Ixus IIs debió haber sufrido algún percance durante el viaje del que no me había percatado. Siento pena, lo que empezó siendo un mero capricho se había convertido ya en un fiel acompañante.
Por el momento la sustituyo con la que, a día de hoy, debería estar expuesta en el gran escaparate de Ebay. Ya sólo puedo recordar las imágenes que con ella capturé:
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