martes, 27 de noviembre de 2007

Crisis financiera para Amador

Amador, la verdad es que no es tan complicado como parece. Mira, en EE.UU se empezó a prestar dinero sin tener especial ciudado en estudiar las condiciones de aquéllos a quienes se les entregaba, es decir, sin tener en cuenta las garantías de que ese dinero fuera retornado según las condiciones del contrato.
De este modo, llegó a darse el caso que ciudadanos en precarias condiciones económicas "gozaban" de una hipoteca con la que hacer frente a la compra de sus viviendas. Y prestamista y prestatario vivieron felices y comieron perdices durante algunos años, uno con su hipoteca concedida y el otro con su jugosa comisión.
Lo curioso es que las entidades que concedían ese tipo de créditos llamados "subprime" no asumían completamente su riesgo. Verás, lo que hacían era empaquetar, sí, hacer paquetes, con todos esos créditos concedidos y ofrecerlos en un mercado secundario, digamos que ponían a la venta esos paquetes y ofrecían como rentabilidad el cobro. Parece lógico ¿no? ¿qué mejor garantía de tu rentabilidad que un contrato firmado con un hipotecado? Es como si tú ahora prestas tu paga a tus amigos de 3º y vas a los de 4º a obtener más dinero para poder prestar más todavía (obtener más beneficios) ofreciéndoles como garantía la promesa de pago que te han hecho tus compañeros de clase en un principio.
Ahora bien, a medida que los tipos de interés crecían (se incrementaba el precio del dinero), aquellas personas más desvalidas empezaban a toparse con dificultades a la hora de hacer frente al pago de las mensualidades de su hipoteca y, finalmente, llegó el momento en que la única vía era dejar de pagar, declararse en quiebra.
Imagínate por un momento que varios de tus compañeros de 3º te comunican que les es imposible devolverte el dinero prestado, ¿cómo te presentas a los de 4º a venderles las garantías de los de 3º para obtener así más dinero? En efecto, los mercados secundarios se resintieron, y los paquetes hipotecarios dejaron de tener interés para los inversores, inversores que se distribuían ya por todo el mundo y empezaban a temer las consecuencias globales de una crisis local.
Sin poder acudir a financiarse en los mercados secundarios, no te extrañará que el paso siguiente fuera recrudecer las condiciones para prestar dinero y, por otro lado, tratar de recuperar el dinero prestado, aunque fuera una parte. Si Carlos te debe 15€ que le dejaste para comprarse un juego, qué prefieres: ¿que se venda el juego aunque sea por 10€ y recuperar una parte de tu dinero? ¿o no recuperar nada?. Pues los más afortunados de entre los hipotecados pudieron vender sus viviendas a un precio similar al de compra, otros muchos sólo un poco por debajo, sin embargo, para muchos resultaba imposible encontrar un comprador que pagara un precio superior al que ellos adeudaban, con lo cual, algunas entidades de crédito vieron cómo sus planes de negocio se venían abajo (las familias no hablaban de planes de negocio, sino de sueños venidos abajo).
En fin, Amador, así es más o menos como se forjó la crisis financiera por la que me preguntabas, ¿alguna pregunta?

sábado, 17 de noviembre de 2007

La gitana

- ¡Chico! ¡Ven! Mírame a los ojos. ¡Eh!

La bruja de Blancanieves se había fijado en mí para lanzar uno de sus conjuros. Una anciana gitana sentada sobre una silla de madera en plena calle sosteniendo unos pequeños muñecos de trapo, me había elegido para augurarme una vida plagada de dicha, o desdicha, dependiendo de la propina.

- ¡Te vas a acordar de esta gitana! ¡Esta gitana sabe muchas cosas! ¡Mírame a los ojos!

La previsile amenaza del mal de ojo empañaba parte del encanto que tiene el habitual paseo del sábado por la mañana. La ronca voz de la anciana empezaba poco a poco a abrirse camino en mi mente, venciendo la resistencia de mi razón. Los siguientes gritos han acabado finalmente de afianzar la derrota del entendimiento, una vez más se ha impuesto el "por si a caso".
En unos minutos, ya alejados de la peculiar bruja, una voz esta vez dulce y suave me decía mientras apretaba mi mano con fuerza:

- Uf, qué miedo, yo ya creía que nos iba a echar mal de ojo.

Y ha continuado mi paseo del sábado por la mañana, con la sonrisa recuperada y... con un par de muñecos de trapo tremendamente caros en el bolsillo.

martes, 13 de noviembre de 2007

Se buscan programadores

El PSOE ha hecho pública la contratación de catorce intelectuales para la redacción de su próximo programa electoral. De entre ellos, se dice que estacan los nombres de tres galardonados con el Nobel en distintas áreas.
No pongo en duda que la calidad del texto llegue a superar con creces la de cualquiera de los programas escritos anteriormente por éste u otros partidos; es más, uno hasta siente curiosidad por ver cuál es el resultado final de tan exquisito cóctel. Eso sí, nadie puede obviar que es cuanto menos particular el hecho que se confíe una tarea de esa importancia a un equipo de asesores externos que comparten varias características: son extranjeros que no viven o han vivido en España y han tratado determinados temas a escala global, en ningún contratados por haber realizado un estudio concreto de investigación en su especialidad sobre las particularidades de este país.
Tal vez a nadie se le haya ocurrido que no es necesario sumirse en un interminable brain storming en compañía de estos personajes; que basta con leer sus trabajos publicados, que no son pocos, para extraer suculentas conclusiones (siempre a nivel global). Que hacerlo es ineficiente y, por supuesto, caro, muy caro.
Por otro lado, un país con las particularidades del nuestro, geográficas, sociológicas (éstas cada vez menos importantes) y económicas, necesita de un enfoque local, echando mano del refranero: quien mucho abarca, poco aprieta.
En cualquier caso, nada de ello acaba siendo crítico pues, ¿quién tuvo en sus manos el programa del partido en las pasadas elecciones? Es una lástima que los guonistas americanos estén en plena huelga, puestos a llevar a cabo una acción de márketing, ¿quién mejor que ellos para atraer la atención de los medios? De todos modos el resultado va a ser como una película americana...

miércoles, 7 de noviembre de 2007

Echo de menos...

Hoy he recibido un curioso correo electrónico de un amigo. Un mensaje escueto que rezaba simplemente: "Jose, echo de menos a Jal.".
Contrariado, en un primer momento no sabía si sentirme halagado porque alguien echara de menos las actualizaciones o, por el contrario, ofendido por el desdoblamiento de personalidad que se me ha imputado.
Estoy en pleno proceso de readaptación tras retomar la vida profesional después de un descanso en las aulas. Pasados a penas tres días todavía necesito aclimatarme a los nuevos horarios, y buscar huecos para mantener ciertas aficiones. Sin duda, no tardaré en habituarme a la nueva rutina y, entonces, estas entradas volverán a formar parte de ella.

jueves, 1 de noviembre de 2007

Corral de muertos

No ha resultado sencillo encontrar aparcamiento. Cualquier otro miércoles ello no hubiera supuesto a penas más que escasos segundos. Cualquier otro miércoles hubiera recorrido a solas las lúgubres calles. Hoy no era un miércoles cualquiera. Hoy se podían escuchar algunas de las miles de historias que otros días tan solo pueden intuirse. Miles de historias, una por cada nicho, contadas entre sonrisas, entre lágrimas, entre sollozos; anécdotas graciosas fruto del recuerdo, magnas desgracias, finales esperados, algunos incluso deseados, todo tiene aquí lugar.
Hoy se llena de color lo que en otros días no es más que triste gris. Hoy se llena de vida lo que habitualmente llena tan solo la muerte. Llámese negocio, llámese cura de remordimiento, llámese pequeño homenaje, también para todo ello hay hoy lugar.
Mientras cruzo la puerta, me vienen a la memoria unos versos de Unamuno aprendidos en un día como hoy hace ya catorce años:
Corral de muertos, entre pobres tapias,
hechas también de barro,
pobre corral donde la hoz no siega,
sólo una cruz, en el desierto campo
señala tu destino.
Y observo a la gente que se agolpa a mi alrededor, sus sonrisas, sus lágrimas, su indiferencia; y observo mi ramo, de la vida también privado; y hasta creo poder observarlos a ellos, con sus eternas sonrisas. Y cuento los pasos que me llevan a donde ellos descansan, y compruebo que, año tras año, el paseo ... es mayor.